La vida siempre esta llena de misterios. Yo suelo soñar cosas que después me suceden. Desde que descubrí que esto me pasaba muy seguido, empecé a observar más las cosas que soñaba. Después me empezó a dar miedo que lo que soñara me pasara, entonces dejé de ponerle atención un rato. A pesar de esto, con el tiempo he aprendido que esto de soñar cosas puede estar muy divertido. Dejé de preocuparme por el misterio y entonces volví a la vieja práctica de poner atención a mis sueños.
La primera vez que soñé algo que me sucedió después, fue en el 2003. Al menos esa es la primera fecha que recuerdo con conciencia. Yo tenía 14 años y mi abuelo estaba muy enfermo. Nunca fui muy cercana a mi abuelo. Nuesta diferencia de edades y su carácter nunca favoreció a que tuviera una relación profunda y fuerte con él. Esto no impidió que siempre le tuviera mucho cariño, respeto y admiración. En ese año, mi abuelo enfermó de neumonia y cáncer de pulmón. No le habían hecho el diagnóstico cuando yo empecé a soñar que él fallecía. En mi sueño, me veía a mi misma vestida de negro, entrando a una gran sala vacía, donde al fondo se encontraba el ataúd con el cuerpo de mi abuelo. Yo nunca me atrevía en mi sueño a acercarme al lugar donde yacía su cuerpo, simplemente lloraba y luego poco a poco un grupo grande de personas se me acercaban y me abrazaban. Había desde conocidos, familia y amigos hasta completos desconocidos. Después el sueño se terminaba. Yo despertaba. Los sueños empezaron a finales de octubre del 2003. El mismo sueño se repitió 3 veces más intermitentemente hasta diciembre. El 15 de enero del 2004, mi abuelo falleció. El funeral fue un déjà vu. Todo era como lo había soñado. Dos salas de las Capillas del Carmen, 21 esquelas en el periódico El Norte, una cantidad impresionante de personas, su cuerpo al fondo de la sala en un ataúd, y yo. Ahí estaba yo. Todo era como lo había soñado. Mi vestimenta era negra, no podia dejar de llorar, y entre tanta gente me sentía sola. Sola en esa gran sala con mi abuelo. Era como si en realidad la gran sala vacía de mi sueño cobrara vida. Y estábamos él y yo. Entonces hice algo que creo que nunca alcancé a ver en mi sueño: me acerqué al ataúd, lo observe fijamente y lo vi a los ojos. Él no me podía ver, pero yo sentía que su alma si se comunicaba conmigo. Entonces le di las gracias, le dije que se acordara de la última Navidad. La mejor de todas. Le dije también cuánto lo quería y cuánto hubiera querido que las cosas hubiesen sido distintas. Le dije que nunca lo olvidaría y que esperaba que estuviera feliz con mi abuela y mis primos. Me respondió con cariño y amor. Me dijo que estaba bien, que no me preocupara. Que el también me quería y que yo tenía que seguir adelante con mi vida y apoyar a mi papá y mis tíos. Sentí paz. Dejé de llorar. Me di la vuelta y no regresé.
Esa fue mi primera experiencia de soñar algo y vivirlo. Después siguieron muchas otras. Y luego llegó la de hoy. Totalmente contraria a la primera. Esta vez, mi sueño estaba lleno de vida.
Ayer me fui a dormir temprano, después de haber leído unas páginas de la novela que estoy leyendo. Estaba muerta, y en realidad no estaba pensando en nada en especial. Apagué la luz y me dispuse a dormir. Me desperté un poco sorprendida y feliz. Había soñado que cargaba una bebé hermosa y bella. Su cara era redonda, su piel blanca. Sus cachetes enormes y sus piernas gorditas. Me cabía perfectamente en mis brazos y la contemplaba profundamente mientras ella dormía. No vi sus ojos, pero tenía pestañas enormes. Me inspiraba paz. Recuerdo que en el sueño yo le decía a alguien que era una bebé muy hermosa. Qué hermosa bebé, no todos los bebés son bonitos y ella sí lo es, le decía. Entonces me desperté a la realidad. Me quedé pensando en el sueño mientras preparaba todo para bañarme. Empecé a pensar si la bebé de mi sueño era mi hija. No, no creo que sea mi hija. No, no es, de seguro estoy soñando porque ya va a nacer la bebé de Mariana. Sí, de seguro estoy soñando esto por eso. Dejé el sueño por la paz y seguí con mi vida. Llegué a mi clase de las 7:30 y prendí mi computadora. Lo primero que ví en facebook fue un mensaje de Mayela, la hermana de Mariana, donde decía que ya era tía. No lo pude creer. Mi sueño era una realidad y lo más sorprendente era que en el tiempo en el que yo estaba soñándolo, mi amiga estaba viendo por primera vez la cara de su Mariana. Otra vez se cumplía uno de mis sueños.
Estoy feliz. La vida me regala momentos de amor todos los días. No deja de sorprenderme. Estoy escribiendo esto antes de ir a conocer a mi nueva sobrina. No quiero escribirlo después porque la emoción de lo que estoy escribiendo ahorita no va a ser igual después de verla. No sé si va a ser como en mi sueño: cara redonda, piel blanca como la de su madre y piernas gorditas. Pero de algo sí estoy segura: La felicidad de verla tan pequeña y tan hermosa, y de tenerla después de tanto tiempo de espera en nuestros brazos, va a estar presente.
Bienvenida a esta vida llena de sorpresas, Mariana Eugenia. Eres un sueño y una realidad para todos nosotros. Dios nos llena de amor enviando a nuestras vidas un gran regalo como tú. Hoy te recibimos con amor y felicidad. Tus padres están felices de verte y poderte abrazar. Te han cuidado y esperado con mucho amor. Sobrina hermosa ( no soy tu tía de sangre pero te quiero igual como si lo fuera) bienvenida a la vida. ¡Hoy logras el mayor de tus retos: empiezas con el pie derecho tu camino en esta gran aventura que es vivir... disfrútala y vívela con amor y pasión! ¡Te queremos mucho mucho!
jueves, 22 de abril de 2010
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3 comentarios:
Ivy esta precioso tu mensaje me encantó! Me puse chinita te juro senti demasiada emocion, y te entiendo perfecto! Que hermosas sorpresas, y que grande bendicion, te adoro amiga!! Nos vemos mañana :)
Tu vecinis que te quiere!
Hola Ivonne, te leo por primera vez, y comento.
Me encantan los sueños, están llenos de signos, de cosas interpretables. Y creo que disfruto mucho encontrándoles algún sentido, pero fuera de esoterismo y esas cosas, creo que precisamente lo que haces tu.
En fin, te sigo leyendo. Un gran saludo.
Vecinis! Ya no supe qué onda contigo!
La Marianis es una super bendición!
Te mando un abrazote! I love you!
Valery,
Es cierto. Los sueños están llenos de significado. Me encanta observar lo que sueño. Qué padre saber de alguien que también los trate de interpretar.
Yo también te empiezo a leer.
Un abrazo.
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